sábado, 9 de junio de 2012

Reflexiones: niños de 21 meses movidos

Después de un laaargo periodo sin escribir, vuelvo a la carga. Hoy he estado con mi niño en el parque, ya va a cumplir 21 meses, edad que todo el mundo dice "difícil" y es verdad. Se ha convertido en un pequeño loro parlante, corre rapidísimo, salta, se sube por todas las estructura que ve y si no puede, lo intenta. Si hay algún agujero, ahí va meter el pie o la mano, si algo quema, lo toca, si algo pincha, también lo toca, y así con una lista interminable. Decirle que no solo sirve para que lo haga peor. He leído mucho sobre el tema, alternativas al NO, etc. En mi caso lo que más ha funcionado es la distracción, pero a veces se nos acaban las ideas o el cansancio nos puede. Lo último, se quitó el pañal y meó la mesa de la tele, a parte, rayó la pantalla plana :S, si lo pienso desde fuera, hace hasta gracia. Creo que con esta edad no tienen capacidad para entender el NO, entienden que no queremos que hagan algo, pero no entienden por qué, por eso lo ven como un juego y eso les lleva a repetir la acción para ver cómo reaccionamos y aunque nos vean enfadadas, siguen haciéndolo.

Otra cosa que me pregunto y me intriga mucho es cuándo, a qué edad más o menos aprenden que los demás sienten dolor, mi hijo es un poco brutito, tampoco sé si será normal, pero me pellizca, me retuerce, me pisa (ya pesa!) y su especialidad es darme patadas en la cara mientras me pellizca y toma su "titi". Yo no le dejo hacerlo, pero el caso es que lo sigue haciendo de todas formas, creo que no entiende lo que significa el sufrimiento ajeno y supongo que la única manera de experimentarlo será sufriendo lo mismo, al menos mi hijo es así, hasta que no se quema no deja de tocar el horno caliente.

Y hablando de niños movidos, en el parque veo niños hasta de 3 años y medio que van en carros mucho rato o inmersos en el mismo juego mucho tiempo. Mi hijo nunca se entretiene más de dos minutos con una cosa, ni con al tele ni con ningún juguete, bueno, ahora que lo pienso, sí, corriendo detrás de una pelota y jugando puede estar bastante rato, pero en general me sorprende mucho y nos sentimos bichos raros, cuando vemos esos niños (la mayoría) tan relajados y tranquilos y el nuestro corriendo que hoy casi se mete en la fuente del parque y no es exageración ;).